Anteriormente, dimos una pincelada acerca de cómo influye nuestra genética al momento de decidir si seremos obesos o no a lo largo de la vida. No obstante, dejamos en claro que pese a lo que dicte nuestro código genético llevar una vida sana y equilibrada es y será siempre lo más importante.
Debido a esto último es que queremos hablar acerca del pescado y cómo la asimilación de su componente principal (ácidos grasos esenciales u omega 3), en muchos casos, puede ayudar a combatir:
- La obesidad
- Enfermedades metabólicas asociadas,tales como la Diabetes tipo 2, insulino resistencia e hipercolesterolemia.
Los pescados grasos (salmones y atunes, por ejemplo) poseen grandes cantidades de omega 3, aceite asociado a la prevención de la obesidad y a alcanzar mejores tasas de desempeño metabólico para el organismo. La razón de este fenómeno es su efecto celular antiinflamatorio y las proteínas de buena calidad que este alimento posee.
Además, se ha comprobado que el consumo habitual de éste contribuye a disminuir los riesgos de morir a causa de enfermedades cardiovasculares, reduciendo así los infartos al corazón, depresión y la demencia senil.
Pese a que sus propiedades son reconocidas a nivel mundial, al momento de comer, los pescados y moluscos en general no son la primera opción de la mayoría. Sin embargo, las opciones que nos ofrece el mar son infinitas, al igual que sus preparaciones al momento de servir. Así es que no te limites a platos típicos y comunes, y comienza desde ya lucha contra la obesidad, comiendo los productos que te da el mar.