En post anteriores hemos aconsejado que comer cuatro comidas diarias son las raciones perfecta para cumplir con las necesidades energéticas que nos demanda nuestro cuerpo día a día, debido a la ajetreada agenda que llevamos.
Y aunque lo correcto es comer cuatro porciones, evitando siempre los snacks de comidas chatarras, debes estar consciente que saber masticar es la clave de todo, ya sea para bajar de peso (si es que éste es tu objetivo) como para sentir por una milésima de segundos un poco de placer.
Y en relación a lo último es que te hago la siguiente pregunta: ¿Sabes por qué los alimentos son retenidos por unos escasos segundos en nuestra boca antes de forzarlos a bajar por el esófago para finalizar en el estómago? La respuesta es, por placer y se debe a la gran cantidad de químicos que se liberan en nuestra boca cuando los alimentos están en contacto con las papilas gustativas.
Pero, además, masticar lento nos brinda un segundo beneficio que es, bajar de peso.
Para entender esta función debes saber que la señal de saciedad tarda aproximadamente 20 minutos en llegar a nuestro cerebro. Si comemos rápido, podemos seguir comiendo sin sentir que estamos saciados.
Por lo tanto, comer lento significa tener tiempo suficiente para darnos cuenta de que estamos satisfechos y que ya hemos saciado nuestro apetito.
Además acostumbrarte a este hábito mejorará tu digestión y aminorará los problemas provocados por el estrés, porque si le demás el tiempo que merece cada comida ocuparemos nuestra mente en esa acción y no es problemas que rondan por nuestra mente.
Así es que únete a la causa por aprender a comer primero con las porciones que debes consumir y luego aprendiendo a comer éstas con el tiempo que merecen.