Pero comer en las noches es lo más grave, porque después de ingerir esos alimentos te vas a la cama y la inactividad de cuerpo asimilará todo lo que comiste. Sin embargo, estos “pecados” tienen una explicación científica.
Según la revista Obesity comer por las noches, en especial confites, es una programación psicológica. En otras palabras, cuando la luz del día desaparece, tu cerebro te pide que comas productos dulces.
El estudio publicado en Obesity afirma que nuestro reloj biológico nos pide alimentos dulces, ricos en almidón o en sal. Y todo esto lo hace después de las 20 horas. Estos impulsos datan de nuestros antepasados, los cuales debían alimentarse por las noches para almacenar grandes cantidades de grasa y, así, responder a las necesidades de la próxima jornada.
Pero si estas es una costumbre heredada ¿qué podemos hacer para superarla?
Lo que hay o no en tu refrigerador es fundamental para comer saludable. Si tienes un refrigerador lleno de dulces y tentaciones, vas a caer en tentación.
Puede sonar exagerado, pero anotar todo lo que comes en un diario te ayudará a olvidar los picoteos y, por sobre todo, a bajar de peso. ¿Por qué? Porque vas a ser sincera contigo e identificarás patrones que no son saludables para ti.
Mientras más tiempo te la pases despierta, más vas a comer. Relájate y dispón de ochos horas para dormir y, si es posible, aleja de tu cama y velador el celular, computador o cualquier otro artefacto que interrumpa con tu tranquilidad.
